viernes, 12 de febrero de 2016

La acción directa vuelve a ganar: readmitido el compañero despedido en Eurest


El lunes 25 de enero se firmó por fin el acuerdo con Eurest mediante el cual se satisfacían todas nuestras reivindicaciones: readmisión del compañero despedido, pago de salarios de trámite y reincorporación en la empresa con horario y centro de trabajo a elección del trabajador. 
Nuestro compañero fue despedido en un caso de represión. Con posterioridad al despido nuestro sindicato inició la presión sobre la empresa y ésta dio un rápido resultado: ofrecían la readmisión con asunción de todas las reivindicaciones de C.N.T. A pesar de ello, llegado el momento de firmar el acuerdo, la empresa se echa atrás aludiendo un error en relación al centro de trabajo que se ofrecía y proponiendo la readmisión en un centro mucho más alejado. Este hecho nos decepcionó profundamente por lo cual nos vimos obligados a reactivar la presión sindical lanzando un ultimátum a la empresa: O se readmitía al compañero en unas condiciones dignas o declararíamos la apertura de conflicto sindical con todo lo que ello conlleva. Finalmente cedieron.
Sin lugar a dudas la experiencia de la sección sindical en Eurest Catalunya ha sido en gran parte determinante para llegar a alcanzar este acuerdo. Esta sección, que opera casi íntegramente en el Comedor Social de Navas (Barcelona), lleva algo más de un año pugnando con la empresa y ha logrado mejoras importantes para todas las trabajadoras del centro. El momento de mayor tensión se vivió con el despido de la compañera Juana, que se resolvió con la readmisión de la compañera tras 15 días de acción directa. Es evidente que la contundencia mostrada por la C.N.T.-A.I.T. de Barcelona en aquel momento ha contribuido a que la empresa recapacite y no se arriesgue a cargar con un conflicto con nuestro sindicato.
La readmisión de nuestro compañero es un ejemplo más de que los trabajadores y trabajadoras podemos plantar cara y vencer a multinacionales como Compass Group, a la que pertenece Eurest. La vía de la acción directa no sólo sigue siendo válida, sino que es la única garantía que nos queda para defendernos en un mundo dónde los "derechos laborales" son cada vez más ridículos. Somos conscientes de que no podemos abandonar del todo la vía jurídica, pero estamos convencidas de que perfeccionando nuestra presión al margen de ésta lograremos un sindicalismo cada vez más independiente, a través del cual los conflictos se decidan por la fuerza de las trabajadoras y no por las caprichosas decisiones de un juez.

Salud y anarcosindicalismo

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